Tuesday, 28 de December de 2021
El embarazo se asocia con cambios anatómicos y fisiológicos que aumentan el riesgo de trombosis, al presentar alteraciones que contribuyen a los tres factores incluidos en la tríada fisiopatológica de Virchow
- Estasis venosa: circulación lenta de la sangre
- Lesión endotelial: daño en el tejido de los vasos sanguíneos causado en algunas situaciones por enfermedades vasculares
- Hipercoagulabilidad: enfermedad que puede ser heredada (congénita) o adquirida, asociada con un mayor riesgo de trombosis venosa.
A pesar de que el riesgo de trombosis es mayor en el tercer trimestre, en comparación con el primer o segundo trimestre, el mayor riesgo se presenta durante el puerperio. Del 100% de los eventos trombóticos que suceden en la mujer gestante y puérpera, el 50% de los eventos suceden durante el periodo de la gestación y el otro 50% restante sucede en las primeras 6 semanas después del parto
La decisión de anticoagular a una mujer embarazada implica un delicado balance Entre los riesgos tromboembólicos que posee la madre y los riesgos de hemorragia del feto. Como elección principal para anticoagular una mujer embarazada tenemos las Heparinas de Bajo Peso Molecular, dentro de las cuales encontramos:
- Enoxaparina
- Dalteheparina
- Fondaparinux
Los principales factores de riesgo asociados a las enfermedades tromboembólicas en las mujeres gestantes son las siguientes:
Existen múltiples condiciones en las que se requiere alcanzar la anticoagulación durante el embarazo y el postparto:
Alto contraste
Reducir
Aumentar